Contra la crecente resistencia de las malas hierbas
Pero, ¿qué son las malas hierbas? Son plantas que surgen de forma espontánea en los campos "fuera del lugar" y que generalmente afectan el crecimiento de las cosechas, incluyendo la estética de las plantaciones. En general, aparecen debido al uso continuo y por mucho tiempo de herbicidas del mismo grupo químico, con el mismo principio activo, lo que propicia una selección natural de especies que ganan, ciclo tras ciclo, tolerancia a las aplicaciones de esos agroquímicos. Su presencia influye en la producción agrícola a través de la competencia directa por nutrientes, humedad, luz, espacio.
Las malas hierbas afectan diversos tipos de cultivos en el mundo, pero en especial las plantaciones de trigo, soja, maíz y arroz, presentes en abundancia en los campos de Latinoamérica. Y es por eso que además de Brasil, otros países de la región como Argentina, Chile y Colombia también enfrentan los desafíos de combatir ese problema en sus cultivos. Estas invasoras también se manifiestan en la cultura de frutas y hortalizas, siendo una gran amenaza para la producción agrícola como un todo. Es importante destacar que prácticamente todos los herbicidas han presentado problemas de malezas resistentes en más de algún sistema productivo a nivel internacional.
Crear mecanismos para combatir ese escenario pasa por incorporar un manejo integrado de malezas en donde básicamente se aumenta la variedad de las herramientas de control de poblaciones en el tiempo. Esto básicamente significa ejecutar técnicas como las rotaciones de cultivos, la buena agronomía de cultivo que asegure un cubrimiento rápido, evitar lluvia de semillas, entre otras medidas culturales y mecánicas. En el caso de la herramienta química es necesario rotar los modos de acción de los herbicidas empleados en un área determinada.
Por ser un problema común y frecuente, los consultores y agricultores suelen contratar ensayos en laboratorio donde se hacen germinar semillas sospechosas y se aplican diferentes ingredientes activos de herbicidas y diferentes dosis. También se puede realizar ensayos genéticos para detectar mutaciones en las plantas que le confieren a estas la característica de resistente a algún herbicida. Ambas metodologías son bastante precisas en la detección de este tipo de malezas pero, lamentablemente, son muy lentas y bastante costosas.
Por eso, pensando en agilizar ese proceso, Bayer y LB-Track firmaron una asociación al final de 2017 para buscar una solución que permita detectar a tiempo y a bajo costo la presencia de malezas resistentes, de tal forma que el productor o asesor de campo puedan generar en tiempo sus estrategias para el control o contención de estas. Para ello, están desarrollando una metodología que incorpora herramientas de espectrografía y analítica avanzada, y cuyos resultados a la fecha hacen de esto algo muy promisorio para su aplicación en campo. Con estas herramientas se logrará reducir la incertidumbre sobre la presencia de malezas resistentes, aplicar mejores estrategias de control, reducir costos y disminuir las mermas de producción por la presencia de este problema.
La lucha contra la resistencia de las plantas dañinas es fundamental para garantizar los niveles de producción agrícola necesarios a la demanda global por alimentos, ya que afecta directamente la sostenibilidad del agronegocio, pudiendo poner en riesgo la producción de una serie de cultivos. Estamos confiados en que durante los tres años de esta asociación lograremos actuaremos en favor de superar este importante desafío en el sector.